LA TAREA SAN JUAN


(2022)

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Trabajo vivo
Por Daniela Drucaroff

Al reponer una noción del saber-hacer, tan lejana a la de la división intelectual y manual del trabajo, propia de las sociedades organizadas en torno al dominio de unos humanos sobre otros, la serie de acciones Procesos de aprendizaje insiste en recordar que el modo imperante de nuestros días, no es más que uno de los modos posibles en que podemos organizarnos. La manera de concebir práctica y saber en un mismo acto, tiene la fuerza de regresar al tablero fragmentos desperdigados de un proceso que en la obra de Gabriel Baggio recupera la integridad y comienza a partir del encuentro entre aprendiz y maestro/a.

Este modo de vivenciar el proceso restituye el poder de hacer, de saber hacer, y de hacerlo junto a otros/as, socialmente, llevados por deseos de creación, aprendizaje y transmisión de saberes. Si esta fuera la matriz sobre la cual organizáramos nuestras sociedades, tanto más lejos estaríamos de la opresión que rige el capitalismo. El aprendizaje en estos procesos, no puede replegarse sólo sobre las palabras, requiere de la enunciación, la oralidad, sucede en el acto, en el lenguaje de los cuerpos, a través de miradas, silencios y gestos; de cuerpos que se vuelcan sobre la materia y manipulan herramientas; y que a su vez se impregnan de los espacios que habitan, sus luces, olores, texturas… Ningún manual de instrucciones nos permite acceder a ese conocimiento, ocurre en la vivencia.

Luego de terminar la tarea y contemplar la casa de adobe que construyeron durante un año y medio, maestro y aprendiz habían pasado juntos mucho tiempo. Lo primero había sido cavar, hacer los pozos en los que irían las columnas, preparar la tierra. Lo que vino luego, no fue sólo recoger el barro, apisonarlo, tensar el alambre… En verdad, aprendiz y maestro habían delineado una amistad, un saber, una acción transformadora. Su propio tiempo.

El trabajo es un tema recurrente en Baggio, pensar el modo humano de estar en la tierra, de organizarse socialmente. ¿Por qué una tecnología se ha vuelto obsoleta? ¿Por qué ha dejado de existir? ¿Cómo eran las personas que se ocupaban de esas tecnologías? Ese saber que guardan los objetos, herramientas, trastos de otro tiempo, es un secreto que las piezas por sí mismas no pueden develar. Si bien Baggio las salva, las restaura y reconstruye, porque en ellas vive esa otra experiencia posible, sabe que aún expuestas y esmaltadas, requieren de manos maestras y de aprendiz. Entre ellos es que habita, cuando eso que con naturalidad ocurre en las manos maestras, a ojos del aprendiz se vuelve acontecimiento.

Es el propio corrimiento del mapa de los posibles, de los imaginarios y esperables, el que empuja los márgenes y ejerce resistencia. Conforta ser testigo de estos procesos, porque cuando el estado de las cosas desea perpetuarse -como lo hace el orden global imperante-, niega su cualidad histórica y se planta. Sobre ese plano, un instrumento que persevera en recordar las posibilidades, lo desestabiliza. Da golpes persistentes sobre lo hegemónico, sobre la homogeneidad. El trabajo de Baggio señala ese gesto absolutista, y basta con señalarlo para volverlo más frágil. Esa fisura es suficiente para que todo un exterior (o extrañeza) se adentre. De modo que ante ese orden, basado en la propiedad privada de la producción, la división social del trabajo y la explotación, en la que unos/as piensan y otros/as obran, se presenta otro posible, en el que la dimensión del trabajo a través del saber-hacer restituye los cuerpos, las memorias, la diversidad y el tiempo. Sucede en la circunstancia, el acontecimiento, en un encuentro nunca regido por la dominación. En contrapunto a la fuerza que retiene para perpetuarse, este ejercicio regresa la mirada sólo para seguir.

Se trata de un modo que es propio del ejercicio de la transformación, que por cierto transforma a su vez al ejecutante. Por eso el devenir en este tipo de actividades, si bien se propone un destino, se mueve en lo incierto. De modo que nunca la réplica deja de ser novedosa ni de resituarse. De esa manera navega el conocimiento. La búsqueda va detrás de lo que no queda escrito pero se deja ver en el proceso, en el trabajo vivo. No apresa saberes, ni vidas, ni materias… En verdad, todo se escurre en el ejercicio, en la aproximación. 

Deseo, secreto, cuerpo o encuentro, no suelen ser cuestiones valoradas en el perfil de un obrero. En cambio, aquí constituyen el modo mismo de obrar. Aquí el trabajo nace con las preguntas, la inquietud, la curiosidad. Se rige por rituales compartidos, en los que la observación y la escucha tienen un lugar preciado, a los que de inmediato le siguen palabras y hechos. No puede prescindir del intercambio, de la corporalidad, de los espacios. Es transformador. Aquí el saber-hacer es una experiencia compartida más parecida a la magia, a la alquimia o a un canasto de ovillos viejos, en torno al que dos personas desconocidas conversan mientras tejen.

LA TAREA. Museo Franklin Rawson, San Juan, Argentina. 2022.

LA TAREA. Museo Franklin Rawson, San Juan, Argentina. 2022. Vista de sala.

Las herramientas de Julio, 2014. Cerámica esmaltada con lustre de platino. 110 x 140 cm.

LA TAREA. Museo Franklin Rawson, San Juan, Argentina. 2022. Vista de sala.

Realización de matriz y piso calcáreo, 2022. Instalación.

La tempesta. Giorgione / Dotto / Baggio, 2011. Gouache sobre papel. 60 x 50 cm. // La tempesta. Giorgione / Dotto / Baggio, fotocopia en marco restaurado. // La tempesta. Giorgione / Dotto / Baggio, pintada por la copista Gabriela Puluopolo.

Tulio Dotto. La tempesta, c. 1945. Óleo sobre tela.

Injerto de aproximación lateral, 2011. Cerámica esmaltada y dorada a la hoja. 60 x 80 cm.

LA TAREA. Museo Franklin Rawson, San Juan, Argentina. 2022. Vista de sala.

Boceto para performance La tarea, 2016. Lápiz sobre papel. 21 x 29,7 cm.

Boceto para performance Realización de remera, 2011. Lápiz sobre papel. 29,7 x 21 cm.

Boceto para performance Picante de pollo, 2008. Lápiz sobre papel. 26,5 x 20,5 cm.

Mueble, 2004. Madera, vidrio y cerámica. 50 x 70 cm.

Motivos para pastilleros, platos y tazas, 2008. Gouache sobre papel. 100 x 150 cm. // Motivo para lámina, 2011. Gouache sobre papel. Diámetro 60 cm.

Motivo para lámina, 2011. Gouache sobre papel. Diámetro 60 cm.

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